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El otoño.
El olivar.
Proyectame nuda,
el umbral de la puerta
la luz me alumbra
la piel que cual seda
brillante refleja
la luz proyectada,
ahora imagina
que luego me abrazas.
Y beso tu cuello
dibujo en tu espalda
mi nombre, tu nombre.
mis manos heladas,
recorren tus curvas,
sintiendo tus vellos
llegando a erizarse
al ras de mis dedos.
Y luego un perfume
me entibia los huesos
yo se que el perfume
es de tu cabellos.
El inolvidable
y eterno aroma,
lo llevo en la mente,
y ahora en mi alcoba.
Te veo ahi nuda,
te veo de espaldas,
sonriendo a un espejo,
callada, callada.
E intento mirarte,
recorro tu espalda,
regresas me besas,
me miras y hablas.
Proyectame nuda;
el umbral de la puerta,
el sol que me alumbra,
mi sombra, proyecta.
Alonso Quijano
Lima - 11/10/10