La imagino como Martha Argerich.
Me enteré mediante una técnica milenaria instaurada por los habitantes locales de nuestro servicio de inteligencia nacional, que mañana vendrá Doris Lis.
Llamó a casa hace unos días, anunciando su llegada haciendo uso de su ralentizada y deteriorada voz; pregunté quién era ésa mujer, por lo cual, recibí un interrogatorio correspondiente a el uso indebido de anexos telefónicos. Luego me enteré que Doris Lis fue una gran artista plástica y pianista; sí, y la mejor parte del relato (que fue contado por mi tía Edda con un movimiento de manos rectilíneo uniformemente variado) fue saber, que era una mujer muy inteligente que a pesar de su avanzada edad se negaba rotundamente a oxidar su alma y manos, dando clases de piano eventualmente.
Doris Lis, es un ser especialmente familiar, espacialmente octogenaria, representante elegida como la magnánima flor de lirio y mi tía.